Virgen de la Esperanza y del Consuelo

Fue encargada a Jorge Albareda y estrenada en la madrugada del Viernes Santo de 1981. Con presupuestos muy similares a los del Cristo Resucitado. El artista buscó salirse de las representaciones tradicionales de la Madre de Dios y ofrecernos la imagen de una sencilla mujer palestina del siglo I. Para ello, se documentó sobre la vestimenta propia de la época y realizó una admirable creación en la que Nuestra Señora se nos muestra caminando con los brazos extendidos, dispuesta a ofrecernos su esperanza y consuelo en los momentos más difíciles.

Fue también realizada en abedul de Finlandia y en tamaño algo superior al natural. Posteriormente, en 1995, se realizó una nueva policromía de la imagen, que había quedado muy mermada por el tiempo, y también se retallaron las manos y la cara dejándole un aspecto más suave y unos rasgos de mayor dulzura.